cabecero

Claves para elegir el cabecero de tu cama

Originalmente, los cabeceros servían para proteger la cabeza de las personas del frío y la humedad de la pared, especialmente en las casas construidas con materiales que no aislaban adecuadamente el interior.

Hoy en día, se han convertido en un elemento decorativo capaz de dar carácter a toda la estancia y a menudo se eligen por su originalidad y sus acabados. Tanto si prefieres un estilo sencillo como si optas por un mobiliario más barroco, la elección del cabecero adecuado es fundamental para completar el dormitorio y hacer que la combinación de los diferentes muebles sea armoniosa.

Para ello, es esencial considerar cuidadosamente el tamaño y el tejido utilizado, según el gusto personal y las necesidades presupuestarias del momento. En este artículo, desde Relax te contamos qué características debes valorar a la hora de elegir el cabecero perfecto para tu cama.

¿Qué características debe tener un cabecero de cama?

El cabecero de cama más adecuado es aquel que cumple ciertos requisitos objetivos y además responde a las necesidades individuales y el estilo personal del propietario de la habitación.

Los revestimientos

En primer lugar, debes elegir entre la amplia gama de revestimientos disponibles actualmente en el mercado. La madera clásica ha quedado ligeramente superada por tejidos más suaves y confortables como el PVC acolchado o el ratán sintético o natural.

Sea cual sea la opción elegida, es importante tratar el cabecero con cuidado, limpiándolo con productos especiales capaces de eliminar el polvo y la suciedad sin afectar a los tejidos.

  • Madera: Puede estar pulida, patinada o encerada para realzar las características de un simple aglomerado o de una variante más exótica de mayor valor.
  • Tejidos: Se trata de un material que se adapta a todos los presupuestos, cómodo y disponible en diferentes formas y hechuras.
  • Ratán: Su consistencia es muy ligera, pero a la hora de elegirlo recuerda que tiende a acumular mucho polvo entre sus mallas.

Los colores

El consejo, válido para cualquier elemento del mobiliario, es introducir un cabecero acorde con el estilo de la habitación, utilizando un tono neutro o al menos un color que pueda combinar con los ya presentes.

La regla básica es no utilizar nunca más de tres colores en la misma estancia, para evitar crear un efecto excesivamente caótico y confuso. En cualquier caso, sería aconsejable que la ropa de cama siguiera la misma combinación de colores, para no crear un contraste demasiado marcado y decididamente antiestético.

Cuanto más decorado y barroco sea el cabecero, más sencillas deberán ser las sábanas y mantas, mientras que si optas por un diseño más básico podrás jugar más con el mobiliario.

Las medidas

Hay más de un factor a valorar a la hora de tomar las medidas del cabecero. En primer lugar, la anchura del mismo, que varía según el tipo de efecto que se quiera dar. Si el estilo que se quiere seguir es esencialmente clásico, el cabecero no debe sobresalir más de 10 centímetros por cada lado.

Si, por el contrario, lo que predomina en la habitación es la modernidad y la originalidad, es posible adquirir un cabecero más grande, que ocupe buena parte de la pared y llegue hasta las mesillas de noche. De esta forma, se convertirá en el verdadero foco de la habitación y el resto del mobiliario estará condicionado por su presencia, reduciéndose a la pura linealidad para evitar un impacto excesivo.

La altura, en cambio, debe tener en cuenta necesariamente las dimensiones de las patas y la base, ya que el cabecero debe ser al menos 30 centímetros más alto que el borde donde se apoya la cabeza para que sea realmente cómodo. La norma es que este valor no debe superar la longitud total de la cama.

En cuanto a la anchura, el diseño moderno prevé excepciones en las habitaciones grandes y espaciosas, en las que es posible introducir una pieza grande aunque supere las medidas recomendadas.

Por último, la colocación del tablero es esencial para el resultado estético. Puede colocarse en el suelo o fijarse a la base de la cama. El consejo es elegir siempre un modelo suspendido, para poder limpiar más fácilmente el espacio inferior y eliminar el polvo que suele acumularse con el tiempo.

La funcionalidad

Actualmente, un cabecero suele tener solamente una función decorativa, pero las nuevas tendencias han llevado a la creación de modelos que también pueden servir de mesilla de noche, como superficie de apoyo para una lámpara o como bonitas librerías con estantes laterales.

Por lo tanto, el diseño te permite jugar con el accesorio, eligiendo el que mejor se adapte a tus necesidades de espacio y al estilo que quieras aportar a la habitación.

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