postura para dormir

¿Cuál es la mejor postura para dormir?

Sabemos que dormir bien es un requisito indispensable para nuestra salud. Cuando nuestro sueño ha sido reparador, nos levantamos con más energía y de mejor humor. Además, son muchos los estudios que han demostrado la relación que existe entre una mayor esperanza de vida y la cantidad de horas que duerme una persona a lo largo de la misma.

Sin embargo, no solo la cantidad de horas que nuestro cuerpo permanece en estado de reposo es importante para nuestro bienestar, sino también la calidad del sueño. Para conseguirla, entre otros factores, es necesario encontrar una postura para dormir que además de resultar cómoda, no afecte a nuestro organismo de manera negativa.

En Relax, valoramos la importancia de tu descanso. Por eso, a través de este post, te contamos los principales beneficios y desventajas de cada una de las posibles posturas para dormir, explicándote cuál es la mejor y la peor posición para ello.

Tipos de posturas para dormir

Cada una de las posturas que podemos adoptar a la hora de dormir afecta de una manera diferente a nuestra columna vertebral, cuello, respiración, flujo sanguíneo e incluso reflujo gástrico. A continuación, te indicamos cómo influye cada una de ellas en dichas cuestiones y una serie de recomendaciones para evitar posibles lesiones.

De lado o decúbito lateral

Es sin duda la mejor postura para dormir, dicho por los expertos tras varios estudios e investigaciones. Esta postura permite una alineación perfecta de la columna vertebral. También favorece la entrada y salida de aire para garantizar una adecuada respiración y evitar ronquidos, y reduce el efecto del flujo esofagástrico.

No obstante, para asegurar que los beneficios anteriores no se ven truncados por una mala posición de la cabeza al dormir, se recomienda escoger una almohada con la dureza suficiente para soportar el peso de nuestra cabeza.

Además, aunque se trate de la mejor postura para dormir, siempre podemos mejorarla. Los especialistas en fisioterapia aconsejan también la colocación de un cojín cilíndrico entre las piernas y otro normal debajo del costado, que evite un posible arqueamiento de la lumbar durante la noche.

Otra cuestión fundamental para evitar estados de vigilia es que el brazo que queda por debajo del cuerpo no se sienta atrapado, sino que quede por fuera abrazando a la almohada. De lo contrario, pueden darse supuestos de calambres y hormigueos en el brazo durante la noche que dificulten la vuelta al sueño.

Boca arriba o decúbito supino

No es la peor postura para dormir pero presenta algún que otro inconveniente.

Por un lado, con esta postura es más fácil que tenga lugar un arqueamiento de nuestra columna vertebral, por lo que en el caso de que inconscientemente pasemos muchas horas de sueño en esta posición, se aconseja colocar una almohada debajo de los muslos. Con ello se consigue elevar las piernas y aplanar la columna, evitando que sufra y que sintamos dolor en nuestras lumbares al despertarnos por la mañana.

Por otro lado, dificulta la respiración como consecuencia de la posición en la que queda colocada nuestra lengua y dentadura, favoreciendo el ronquido. Además, al no estar alineada la cabeza con el estómago, se incrementa la probabilidad de sufrir los estragos del flujo gástrico. Para evitar estas circunstancias, puede optarse por colocar otro cojín debajo de la lumbar.

En caso de que esta sea la postura con la que más cómodos nos sintamos al dormir, también es conveniente disponer de una almohada que evite que la cabeza se hunda, que sea compacta y suficientemente dura.

Boca abajo

Sin duda esta es la peor postura para dormir, puesto que la columna vertebral no se apoya sobre la cama y ello impide su alineación con el resto del cuerpo. Además, al dormir boca abajo se ejerce una presión desproporcionada sobre nuestros órganos internos, lo que puede influir en futuras patologías.

Tampoco facilita la respiración, puesto que la presión del cuerpo sobre la caja torácica evita que se expanda lo necesario para garantizar una buena circulación del aire.

Además, para poder respirar, necesitamos girar la cabeza en un ángulo que tensiona nuestro cuello en exceso y evita descansar a la espalda, lo que puede redundar en futuros problemas cervicales y lumbares.

La única forma en que podemos reducir las repercusiones negativas de esta postura en nuestro cuerpo es a través de la colocación de una almohada debajo del abdomen, con lo que aliviamos la presión sobre los órganos y reducimos la suspensión de la espalda en el aire.

¿Qué otros aspectos influyen en la calidad del sueño?

Además de una correcta postura al dormir, otros factores que favorecen un descanso de calidad son:

  • No realizar cenas copiosas.
  • Evitar actividades que estimulan en exceso a nuestro cerebro antes de dormir.
  • No ingerir bebidas con cafeína o teína.
  • Evitar el tabaco antes de dormir.
  • No realizar ejercicio físico a última hora del día para evitar activar nuestro organismo.

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