La llegada de un bebé transforma el hogar, las rutinas y especialmente las noches. El descanso se vuelve fragmentado y muchas familias comienzan a plantearse una pregunta que, tarde o temprano, aparece: ¿deberíamos dormir con el bebé? Esta práctica, conocida como colecho, despierta tanto confianza como preocupación, especialmente entre quienes se enfrentan a la maternidad o paternidad por primera vez.
Dormir con el bebé puede ser seguro, siempre que se haga con conciencia y conocimiento. A lo largo de esta guía vamos a explorar todo lo que necesitas saber para que el colecho se convierta en una experiencia tranquila, reparadora y positiva para toda la familia.
Qué dice la evidencia médica sobre el colecho
La visión de la comunidad médica sobre el colecho ha cambiado. Durante décadas, las instituciones sanitarias lo desaconsejaban categóricamente. Sin embargo, los estudios más recientes aportan una mirada más matizada: el colecho no es peligroso por sí mismo, sino por cómo se practica.
Entonces, ¿es seguro el colecho si se siguen ciertas condiciones? La respuesta, según los expertos, es sí, siempre que se tomen las medidas adecuadas.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) y la Asociación Española de Pediatría (AEPed) (abrir en nueva pestaña etc…) coinciden en recomendar que los bebés duerman en la misma habitación que sus padres durante al menos los primeros seis meses, preferiblemente en una cuna o moisés junto a la cama. Esta práctica se denomina cohabitación y ayuda a reducir significativamente el riesgo de muerte súbita del lactante. Siempre tener en cuenta que se pueda garantizar un entorno seguro al 100%. En caso contrario, la cohabitación en cunas adyacentes es siempre preferible.
La Academy of Breastfeeding Medicine destaca que el colecho puede ser una herramienta útil si se asocia a la lactancia materna y se practica bajo condiciones controladas. También señala que la madre lactante, por el tipo de sueño más ligero y sensible, suele mantener una postura protectora que evita el contacto físico directo con el bebé.
Por su parte, la AEPed insiste en que la cuna o cama debe ser compartida solo si se puede garantizar un entorno seguro al 100%. En caso contrario, la cohabitación en cunas adyacentes es siempre preferible.
Cuando se decide compartir cama, los profesionales insisten en seguir ciertas medidas para garantizar un entorno seguro. Es lo que conocemos como colecho seguro, y su correcta implementación marca la diferencia.
El colecho como vínculo afectivo y herramienta de descanso
Más allá de una tendencia moderna, el colecho es una práctica ancestral. Las culturas tradicionales han compartido el lecho con sus hijos durante generaciones, y en muchas partes del mundo sigue siendo la norma. En los últimos años, su popularidad ha crecido entre las familias occidentales, motivadas por un enfoque más natural de la crianza.
Dormir cerca del bebé no solo permite responder rápidamente a sus despertares, sino que refuerza el vínculo afectivo, facilita la lactancia nocturna, reduce la ansiedad materna y mejora el descanso general. Sentir al bebé respirar, percibir su temperatura y acompañarlo en su adaptación al mundo exterior tiene beneficios emocionales profundos para ambos.
Cómo evoluciona el colecho según la edad del bebé
El colecho no es una práctica rígida. Cambia conforme el bebé crece y va adquiriendo mayor autonomía.
- Durante los primeros tres meses, se considera el periodo más delicado. El bebé aún no controla completamente su postura, por lo que los cuidados deben ser extremos. Es preferible usar cunas de colecho o nidos homologados.
- A partir de los seis meses, muchos bebés ya se giran solos y pueden levantar la cabeza con fuerza, lo que disminuye ciertos riesgos. Algunas familias prolongan el colecho hasta el año o más allá, especialmente si se dan despertares nocturnos frecuentes o el bebé todavía necesita alimentación nocturna.
- A partir de los dos años, compartir cama suele ser una decisión más relacionada con el estilo de crianza. Es un buen momento para introducir una cama infantil o iniciar una transición progresiva hacia el dormitorio propio.
Condiciones para un colecho seguro en casa
El colecho puede ser una experiencia maravillosa si se lleva a cabo bajo unas condiciones que prioricen la seguridad del bebé. Lejos de improvisar, dormir con el bebé requiere adaptar el entorno de descanso a sus necesidades fisiológicas y de desarrollo, especialmente durante los primeros meses de vida.
El entorno debe adaptarse al bebé, no al revés. Estas son las principales condiciones que deben cumplirse para practicar un colecho seguro:
1. Colchón firme, plano y adecuado
Un colchón demasiado blando representa un riesgo, ya que puede favorecer el hundimiento o dificultar la respiración del bebé si rueda. Los colchones viscoelásticos con núcleo de alta densidad, como los que ofrecemos en Relax, proporcionan un soporte firme y estable que evita estos problemas.
Además, nuestros modelos están diseñados con materiales hipoalergénicos, transpirables y con tratamientos antiácaros, lo que ayuda a crear un entorno más saludable y libre de alérgenos.
2. Elimina huecos y zonas de atrapamiento
Es fundamental asegurarse de que no haya espacios entre el colchón y la pared, la base o el cabecero. Cualquier hueco puede convertirse en una trampa peligrosa.
Si el colecho se hace con una cama estándar, es recomendable emplear barreras de seguridad homologadas o colocar una cuna de colecho bien ajustada, que permita tener al bebé cerca pero en su propio espacio seguro.
3. Ropa de cama ligera y segura
Nada de edredones gruesos, almohadas sueltas ni mantas pesadas. Estos elementos pueden obstruir la respiración del bebé o causar sobrecalentamiento. La opción más segura es usar sacos de dormir adaptados a la edad del bebé o ropa de cama ligera bien ajustada.
Tampoco es recomendable que el bebé comparta la misma manta o colcha que los adultos.
En Relax, recomendamos sábanas de algodón natural y protectores transpirables que ayudan a regular la temperatura sin generar acumulación de humedad.
4. Posición adecuada del bebé
El bebé debe dormir siempre boca arriba, con la cabeza descubierta y libre de cualquier objeto o textil que pueda cubrirle el rostro. Esta postura ha demostrado ser la más segura para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante.
Aunque algunos padres temen que el bebé se ahogue en esta posición, los estudios demuestran que dormir boca abajo o de lado es significativamente más riesgoso durante los primeros meses.
5. Condiciones de los adultos
No deben practicar colecho adultos que hayan consumido alcohol, medicamentos sedantes o drogas, ya que estos factores reducen la capacidad de percepción y respuesta durante el sueño.
Tampoco se recomienda si se está en un estado de agotamiento extremo, frecuente durante el posparto, ya que puede alterar la conciencia sobre los movimientos nocturnos.
Además, se aconseja que el bebé duerma junto a la madre (especialmente si da el pecho), y no entre los dos progenitores, ya que la madre suele adoptar de forma natural una postura más protectora y consciente durante el sueño.
6. Tamaño y firmeza de la cama
Una cama demasiado estrecha dificulta mantener el espacio necesario entre los cuerpos. Por eso, las camas amplias son clave para un colecho seguro y cómodo. En Relax, contamos con bases tapizadas firmes y colchones de gran formato, ideales para compartir sin renunciar al confort ni al espacio vital.
También es importante que la base sea estable y antideslizante, para evitar movimientos o desplazamientos durante la noche.
7. Temperatura y ventilación adecuada
El sobrecalentamiento es uno de los factores de riesgo más importantes en el colecho. La habitación debe mantenerse a una temperatura agradable (entre 18ºC y 20ºC) y con buena ventilación.
Nuestros colchones Relax están diseñados con tejidos termorreguladores que ayudan a mantener una temperatura corporal óptima durante el sueño del bebé.
8. Evitar mascotas en la cama
Aunque muchas familias tienen el hábito de dormir con sus animales de compañía, durante la etapa del colecho, es preferible que las mascotas no compartan la cama.
Esto reduce los riesgos de aplastamiento accidental o de alergias respiratorias en el bebé, cuyo sistema inmunológico aún está en desarrollo.
9. Revisión periódica del espacio de sueño
A medida que el bebé crece, se mueve más y explora su entorno con mayor curiosidad. Por ello, es recomendable revisar regularmente que la cama siga siendo segura: sin objetos añadidos, sin cambios en la firmeza del colchón y sin nuevas costumbres que puedan alterar las condiciones del colecho.
Cómo adaptar la cama al colecho de forma segura y cómoda
Adaptar la cama al colecho implica mucho más que compartir el espacio de descanso con el bebé: se trata de crear un entorno seguro, saludable y ergonómico que favorezca el sueño de todos los miembros de la familia. Para lograrlo, es imprescindible seleccionar con cuidado el colchón, la base y los complementos que conforman el conjunto de descanso.
En Relax, entendemos que cada familia tiene necesidades distintas, pero todas comparten un objetivo común: garantizar el bienestar del bebé sin renunciar al confort. Por eso, ofrecemos soluciones completas y específicas para quienes desean adaptar la cama al colecho sin comprometer la seguridad.
El colchón debe ser firme, estable y transpirable. Modelos como el colchón viscoelástico Maya destacan por su núcleo de alta densidad, que proporciona un soporte uniforme y seguro, ideal para el colecho. Además, incorpora materiales hipoalergénicos y tecnología termorreguladora, lo que ayuda a mantener una temperatura óptima durante toda la noche, algo clave en los primeros meses del bebé.
La base de la cama también juega un papel crucial. Las bases tapizadas de Relax están diseñadas para ofrecer una estructura sólida, silenciosa y duradera, elementos clave para un colecho seguro. Gracias a su sistema de ventilación y tejido 3D transpirable, ayudan a conservar el colchón en condiciones óptimas, evitando acumulación de humedad o calor. Además, proporcionan una superficie estable que minimiza los movimientos bruscos, favoreciendo un descanso más tranquilo y seguro tanto para el bebé como para los adultos.
Y para completar la configuración ideal, recomendamos incluir protectores de colchón transpirables e impermeables, que además de proteger la superficie de líquidos y manchas, preservan la higiene y alargan la vida útil del colchón. Están fabricados con materiales suaves y seguros, ideales para pieles sensibles como la del bebé, y contribuyen a mantener un entorno de descanso limpio, seco y saludable durante toda la noche.
En definitiva, adaptar la cama al colecho con los productos adecuados permite disfrutar de un descanso más reparador, seguro y placentero, tanto para los padres como para el bebé. Y con la tranquilidad de saber que se está descansando en un entorno diseñado específicamente para cuidar de los más pequeños desde el primer día.
Lo que no te cuentan sobre el colecho: desmontando ideas equivocadas
Cuando se habla de colecho, es habitual encontrar opiniones extremas: desde quienes lo consideran imprescindible hasta quienes lo ven como una práctica arriesgada o innecesaria. Sin embargo, muchas de las ideas que circulan no están basadas en evidencia ni en experiencias reales de familias.
Una de las más repetidas es que el colecho genera dependencia emocional en el bebé. Pero los expertos en desarrollo infantil coinciden en que la seguridad emocional no se construye por dormir solo o acompañado, sino por la calidad del vínculo y la respuesta sensible de los cuidadores. Dormir con los padres no impide que el bebé aprenda a dormir solo más adelante. Al contrario, le da una base segura desde la que explorar la autonomía a su ritmo.
Otra idea errónea es que dormir con el bebé garantiza automáticamente un descanso mejor para todos. La realidad es que el colecho puede facilitar el sueño, pero solo cuando se hace en un entorno bien preparado. Un colchón inadecuado, un espacio reducido o hábitos de sueño desordenados pueden hacer que compartir cama sea incómodo y contraproducente.
También es frecuente pensar que solo las madres lactantes pueden practicar colecho seguro. Aunque es cierto que el sueño de la madre lactante tiende a ser más ligero y sincronizado con el del bebé, el colecho puede adaptarse a distintas formas de alimentación, siempre y cuando se mantengan las medidas de precaución adecuadas.
Incluso se llega a afirmar que el colecho impide la vida de pareja. Pero muchas familias descubren que, con buena comunicación y creatividad, es posible mantener la intimidad en otros momentos o espacios, sin renunciar a dormir cerca del bebé durante una etapa tan especial y breve.
El colecho no es una solución mágica ni un error a evitar. Es una opción válida, y como toda decisión en la crianza, debe tomarse desde la información, no desde el miedo ni la presión social.
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Preguntas frecuentes de padres primerizos sobre el colecho
¿Cuándo puedo empezar a practicar colecho?
Desde el nacimiento, siempre que se sigan todas las medidas de seguridad recomendadas por los expertos. Es fundamental asegurarse de que el entorno de descanso sea adecuado: colchón firme, sin huecos ni objetos sueltos, y que el adulto que acompaña al bebé no esté bajo efectos de alcohol, medicamentos sedantes o en estado de agotamiento extremo. Para muchas familias, el colecho comienza de forma espontánea durante las primeras semanas, cuando las tomas nocturnas son más frecuentes y el contacto con el bebé se convierte en una necesidad emocional.
¿Es seguro el colecho si doy biberón?
Sí, se puede, pero es importante extremar las precauciones. La principal recomendación en estos casos es que el bebé duerma del lado de la madre, y no en el centro de la cama entre ambos progenitores.
Esto reduce significativamente los riesgos asociados al aplastamiento accidental o cambios de postura involuntarios durante el sueño. El colecho con biberón puede ser igualmente beneficioso en términos de apego, descanso y tranquilidad para el bebé, siempre que se respeten las condiciones de seguridad recomendadas.
¿Hasta qué edad es recomendable?
No existe una edad límite universal. Cada familia define el fin del colecho según su dinámica, estilo de crianza y las necesidades emocionales del niño. Sin embargo, muchas familias optan por realizar la transición entre los 12 y los 36 meses.
Algunos niños muestran señales claras de querer su propio espacio alrededor de los 2 años, mientras que otros necesitan más tiempo. Lo más importante es que la transición se realice de forma gradual, con paciencia y respeto hacia el ritmo del pequeño.
¿El colecho afecta el descanso de los padres?
Depende de cómo se organice. Al principio puede requerir una mayor atención, especialmente en lo que respecta a adaptar el entorno de sueño. Sin embargo, cuando se implementa adecuadamente, el colecho puede mejorar el descanso de toda la familia, ya que facilita la lactancia nocturna, reduce los despertares prolongados y genera una sensación de calma y cercanía que favorece el sueño continuo.
La clave está en contar con un colchón adecuado, una cama lo suficientemente amplia y una rutina nocturna estructurada que prepare a todos para un descanso de calidad.
Dormir juntos, crecer seguros: elige un colecho consciente y tranquilo
El colecho es, ante todo, una decisión de amor y de presencia. Dormir con el bebé no debe ser una fuente de ansiedad ni una obligación. Tampoco es una moda pasajera. Es una posibilidad real y válida para quienes deseen compartir noches, piel y sueños con sus hijos.
La clave está en informarse, planificar y elegir con criterio. Desde Relax te acompañamos en este proceso con soluciones diseñadas para favorecer el descanso de toda la familia.
Y si todavía tienes dudas, te invitamos a leer nuestro artículo complementario: Colecho seguro: consejos para dormir en familia, donde encontrarás ideas prácticas y sugerencias específicas para adaptar tu dormitorio desde el primer día.
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