firmeza del colchón

Firmeza del colchón: ¿cómo afecta a la circulación sanguínea?

La elección del colchón perfecto va más allá del confort inmediato. Existen factores que pueden marcar la diferencia entre un descanso reparador y un sueño interrumpido. Uno de los más importantes es la firmeza del colchón, un aspecto muchas veces subestimado, pero con un impacto directo en nuestra circulación sanguínea y, por tanto, en la salud general.

Cuando hablamos de dormir bien, no solo nos referimos a las horas de sueño, sino a la calidad del descanso. Y para lograrlo, el colchón debe proporcionar el soporte adecuado, adaptarse al cuerpo y facilitar una correcta posición de la columna. Pero ¿sabías que también influye en cómo fluye la sangre por tu cuerpo mientras duermes?

¿Por qué es importante elegir un colchón con la firmeza adecuada?

Seleccionar el colchón correcto no solo afecta al confort, sino también al bienestar general del cuerpo. La firmeza de la superficie donde descansamos cada noche influye directamente en aspectos fundamentales como la postura, la calidad del sueño y, especialmente, en la circulación sanguínea.

Un colchón con una firmeza inadecuada puede generar puntos de presión que dificultan el flujo sanguíneo, provocando molestias, entumecimiento o incluso dolores crónicos. Por eso, elegir una firmeza adaptada a tus necesidades físicas y hábitos de descanso es esencial para dormir bien y levantarse con energía.

Existen distintos grados de firmeza:

  • Blanda: se hunde fácilmente al tumbarse. Aporta mayor sensación de acogida.
  • Media: ofrece un equilibrio entre suavidad y resistencia. Se adapta sin hundirse en exceso.
  • Alta: apenas cede ante la presión del cuerpo. Requiere de mayor adaptación por parte del usuario.

Elegir el nivel de firmeza correcto depende del peso corporal, la postura al dormir, y sobre todo, de la salud física de quien lo utiliza. 

Cómo la firmeza del colchón afecta a la circulación sanguínea

Durante el sueño, nuestro cuerpo pasa varias horas en una misma posición. Si el colchón no distribuye bien el peso o presiona ciertas zonas del cuerpo, puede dificultar el flujo sanguíneo, especialmente en áreas donde hay más contacto con la superficie: hombros, caderas, piernas o espalda baja.

  • Compresión de vasos sanguíneos, lo que reduce la oxigenación de músculos y tejidos blandos. Esta falta de oxígeno impide la correcta regeneración celular durante el sueño, lo que se traduce en un despertar más cansado o con sensación de pesadez en las extremidades.
  • Entumecimiento de extremidades, manifestado en forma de hormigueo o la clásica sensación de “pierna dormida”. Esta respuesta del cuerpo suele ser un aviso de que alguna parte está soportando más presión de la debida, lo que obliga al durmiente a moverse, interrumpiendo así el ciclo natural del sueño.
  • Tensión muscular y microdespertares, que son pequeños despertares que muchas veces pasan desapercibidos, pero que fragmentan el descanso profundo. La falta de movimiento fluido durante el sueño también puede generar rigidez y molestias articulares al levantarse.

Todo esto repercute directamente en la calidad del descanso y, si no se corrige, puede derivar en problemas circulatorios o musculares crónicos. Por eso es fundamental identificar el nivel de firmeza que se adapta a nuestras necesidades físicas.

Firmeza alta del colchón para la circulación: ¿sí o no?

Un colchón con firmeza excesiva impide que las zonas del cuerpo más pesadas, como las caderas y los hombros, se hundan de forma natural. Esta resistencia crea puntos de presión intensos que pueden ralentizar el flujo sanguíneo, generando incomodidad y un descanso fragmentado.

Este tipo de firmeza puede resultar especialmente problemática en personas delgadas o en aquellas que duermen de lado, ya que su peso corporal no es suficiente para lograr una adecuada adaptación al colchón. Por tanto, no siempre “más firme” es sinónimo de mejor..

Qué colchón elegir según tu postura y circulación al dormir

La elección del colchón ideal no es universal. Depende de factores como la complexión física, la postura al dormir y posibles afecciones circulatorias. Elegir mal puede afectar tanto a la calidad del sueño como a la salud. Por eso, conviene conocer qué tipo de firmeza y materiales se adaptan mejor a cada necesidad.

Firmeza del colchón para complexión delgada

Las personas con complexión delgada tienden a tener menos acolchado corporal natural, lo que las hace más propensas a sufrir presión directa sobre huesos y articulaciones. Un colchón demasiado firme puede resultar incómodo y afectar negativamente al flujo sanguíneo en zonas como hombros, caderas o rodillas.

En este caso, lo más recomendable es optar por un colchón de firmeza media, que se adapta suavemente al cuerpo sin hundirse en exceso. Los modelos con espuma viscoelástica son ideales, ya que proporcionan una acogida progresiva que alivia la presión y permite una circulación más fluida durante el descanso.

Tipo de colchón si duermes boca arriba

Dormir boca arriba suele considerarse una de las más saludables para la columna, pero requiere un colchón que respete la curvatura natural de la espalda. Un modelo demasiado blando puede provocar una mala alineación lumbar, mientras que uno excesivamente firme podría ejercer presión sobre la zona sacra.

La mejor elección en este caso es un colchón de firmeza media-alta, que de un soporte firme pero que también permita cierta adaptación en la zona lumbar. Los colchones con muelles ensacados y capas de confort viscoelástico resultan especialmente adecuados, ya que combinan estabilidad con alivio de presión.

Colchón firme si duermo de lado

Dormir de lado genera más presión en áreas como los hombros y las caderas, por lo que es fundamental contar con un colchón que permita cierta flexibilidad en esas zonas. Una firmeza inadecuada puede provocar bloqueos en la circulación, especialmente en el brazo sobre el que se apoya el cuerpo.

Para esta postura, se recomienda una firmeza media, que se adapte a la forma del cuerpo sin generar compresión. Un colchón con capacidad de adaptación en distintas zonas del cuerpo para permitir una mejor distribución del peso y favorece un flujo sanguíneo adecuado

La mejor firmeza del colchón si tienes problemas circulatorios

Quienes sufren de dolencias como varices, mala circulación o retención de líquidos, deben ser especialmente cuidadosos al elegir colchón. Una superficie inadecuada puede empeorar los síntomas y provocar molestias persistentes durante la noche y al despertar.

En estos casos, lo más recomendable es optar por un colchón ergonómico de firmeza media, que reduzca los puntos de presión y facilite el retorno venoso. Complementarlo con una base transpirable y una almohada que mantenga una buena alineación cervical mejora aún más la circulación y promueve un descanso verdaderamente reparador.

Colchones ergonómicos: aliados del sistema circulatorio

A diferencia de los modelos tradicionales,los colchones ergonómicos integran tecnologías avanzadas y materiales de última generación como la espuma viscoelástica o los muelles ensacados individuales, capaces de reaccionar a la presión y la temperatura corporal. 

Estos modelos destacan por sus múltiples beneficios:

  • Distribución uniforme del peso corporal: El colchón reparte la presión de forma equilibrada a lo largo de toda la superficie, evitando que ciertas zonas soporten más carga que otras. Esto es especialmente importante para personas que tienden a dormir en la misma postura, ya que reduce el riesgo de compresión vascular en áreas como caderas, hombros o talones.
  • Reducción de puntos de presión: Al adaptarse a las curvas del cuerpo, los colchones ergonómicos alivian los puntos donde suele acumularse tensión. Esta propiedad disminuye la necesidad de cambiar de posición durante la noche, lo que contribuye a un sueño más profundo y continuado, sin interrupciones causadas por molestias físicas.
  • Soporte específico en zonas críticas como lumbar, hombros y piernas: Muchos modelos incorporan zonas diferenciadas de firmeza para proporcionar mayor sostén donde más lo necesita el cuerpo. Esta estructura favorece la alineación natural de la columna vertebral y reduce la presión en áreas sensibles, mejorando tanto la circulación como la postura general del cuerpo al dormir.
  • Adaptación a la postura durante toda la noche: Los materiales con memoria de forma o los sistemas de muelles independientes permiten que el colchón responda de manera dinámica a los movimientos del cuerpo. Así, se mantiene el soporte adecuado incluso si cambias de postura durante el sueño, sin comprometer el flujo sanguíneo ni la estabilidad del descanso.
mejor colchon de muelles

Otras claves para mejorar la circulación mientras duermes

Aunque el colchón es un factor clave, hay otros hábitos que pueden ayudarte a favorecer la circulación sanguínea durante el descanso. Pequeños cambios en tu rutina nocturna pueden marcar una gran diferencia en cómo te sientes al despertar.

Aquí van algunas recomendaciones para mejorar la circulación al dormir:

  • Eleva ligeramente las piernas con una almohada o topper especial .Esto facilita el retorno venoso desde las extremidades hacia el corazón, aliviando la presión en piernas y pies, especialmente si pasas muchas horas de pie durante el día.
  • Evita ropa ajustada que limite el flujo sanguíneo.Prendas muy ceñidas, como pantalones o calcetines apretados, pueden comprimir venas y dificultar el paso de la sangre. Opta por ropa de dormir suelta y cómoda.
  • Duerme en una postura neutral, sin presión. Mantener la columna alineada y sin giros bruscos ayuda a que el cuerpo se relaje completamente, lo cual favorece tanto la respiración como la circulación.
  • Hidrátate adecuadamente para facilitar la oxigenación de los tejidos. Un buen nivel de hidratación mejora la viscosidad de la sangre y su capacidad para transportar oxígeno, lo que favorece el descanso celular y muscular.
  • Realiza estiramientos suaves antes de dormir. Unos minutos de movilidad articular y estiramientos activan el flujo sanguíneo, reducen tensiones acumuladas y preparan al cuerpo para un sueño más profundo.
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