El uso de futones para dormir no es una práctica exclusiva de la cultura nipona, sino que son muchos los países en los que se opta por este medio de descanso. De hecho, el origen del futón no se encuentra en Japón, sino en la cultura egipcia y mesopotámica.
El uso de los futones en Japón comenzó en el siglo XVI como consecuencia de la expansión del comercio del algodón, consolidándose como lugar de descanso para los japoneses en el siglo XVII, hasta nuestros días.
Son muchas las ventajas que presentan los futones japoneses frente a las camas occidentales, lo que ha contribuido a que poco a poco sean más las personas que en Occidente decidan elegir el futón como medio para conciliar el sueño.
A través de este post, desde Relax, te contamos todo lo que necesitas saber sobre los futones japoneses, principalmente qué son los futones y qué ventajas poseen.
¿Qué es un futón japonés?
Un futón japonés es la cama de uso tradicional en la cultura nipona compuesta por un colchón de poco grosor, entre 5 y 15 cm, relleno de algodón natural y paja, cubierto por una funda, que se coloca directamente sobre el suelo. Encima del colchón se dispone una colcha o edredón, también protegida por su correspondiente cubierta.
En particular, el colchón del futón japonés se denomina shikibuton, la parte fundamental de la cama japonesa, rellena normalmente de algodón, si bien el mercado ofrece otras alternativas que garantizan el mismo descanso. Por su parte, shikifu es el nombre que recibe la funda del colchón, que en sus inicios se fabricaba con fibras naturales.
A su vez, sobre el lecho del colchón o shikibuton, una vez cubierto por la funda o shikifu, se coloca una colcha o edredón llamado kakebuton, acompañado de su correspondiente funda. El material del edredón y su espesor dependen de la estación del año en que nos encontremos, a fin de garantizar su adaptación a la temperatura de su usuario.
Por otro lado, aunque algunas personas en Japón optan por dormir prescindiendo de cojín, normalmente el futón se acompaña de una almohada, también llamada makura. Esta permite apoyar la cabeza durante el sueño a una altura un poco superior al resto del cuerpo, adaptándose al cuello de cada persona como consecuencia de sus propiedades ergonómicas.
Así, se trata de almohadas rellenas de materiales que garantizan que su forma se amolde a las cervicales de cada usuario, gracias a su composición, que puede ser de diversos materiales como plumas, bolas de plástico, judías o paja.
Ventajas de dormir en un futón japonés
Son muchas las ventajas que los futones japoneses ofrecen a las personas en contraposición con las camas occidentales. Entre otras, podemos destacar las siguientes:
Aprovechamiento del espacio
En Japón es muy habitual que las viviendas, tanto individuales como familiares, sean de escaso tamaño. De hecho, son habituales los denominados como espacios habitacionales, en los que únicamente se provee de los metros estrictamente necesarios para poder cocinar, asearse y descansar.
Pero los países occidentales parecen seguir la misma tendencia. Actualmente en los países de occidente prolifera la oferta de apartamentos en alquiler por precios muy elevados en relación con el espacio útil del que disponen, lo que se articula como otra de las razones que explica el crecimiento de la demanda de los futones en los mismos.
Los futones pueden recogerse durante el día y volver a colocarse durante la noche, puesto que al disponerse directamente sobre el suelo, no requieren ninguna estructura fija para ser utilizados, pudiendo guardarse en armarios o cajones.
Descanso de calidad
Son muchos los estudios que demuestran que dormir en futón mejora el descanso. Y así lo corroboran aquellos que han podido disfrutar de esta experiencia.
Si bien es cierto que en la mayor parte de los casos coinciden en que inicialmente el uso de un futón puede resultar incómodo, lo cierto es que el sueño resulta más reparador y consiguen corregir posturas incorrectas y dolores de espalda.
La clave consiste en colocar un tatami encima del suelo antes de colocar el colchón del futón, a fin de que la espalda se apoye sobre una superficie más blanda.
Facilidad de limpieza
El mantenimiento de los futones es muy simple, lo que los convierte en herramientas de descanso más higiénicas que los colchones occidentales.
Basta con airear el colchón del futón cada mañana al levantarse durante unos pocos minutos al sol, a fin de sacudir polvo, ácaros y suciedad, y deshacerse de la humedad acumulada durante la noche, y lavar cada semana las fundas del colchón, de la colcha y de la almohada.
Precio asequible
Dada la simplicidad de los futones, que no exigen de ningún armazón fijo para su instalación, su precio resulta mucho menor que las camas occidentales por lo que es una ventaja.